martes, 9 de septiembre de 2008

Tenia en sus manos un libro de incalculable antigüedad, en cuya portada se leía "Diario del Rey que no ha sido coronado". Gran parte de su contenido se había dañado más allá de cualquier restauración, pero aun quedaban varios fragmentos legibles que lo cautivaron, con grandes lagunas temporales entre ellos. Se dispuso a leerlos:

"...el niño, ilusionado, permaneció esperando ante las cenizas de su fénix.- Renacerá - se repetía a si mismo.Pero el fénix había decidido no hacerlo, y el niño jamás lo sabría..."

"Mi hogar esta tan lejos que resulta inconcebible. Pero eso me alegra; así el mundo entero habrá de ser mi hogar. Mi intención no es llorar ni lamentarme, mi intención es irme, y mediante estas palabras estoy buscando una salida."

"Malditos sean los famosos escritores, poetas, pintores, músicos... Si al final descubrimos que todos somos ellos (o al menos lo fuimos), ¿y de que nos sirvieron nuestras grandes obras?El único arte valido es el de vivir. Yo me he propuesto hacerlo mas plenamente de lo que nunca se ha hecho.""¿Cuando entenderemos que el sustento de nuestra vida es el cambio? Mirar al mundo con ojos constantemente asombrados, reinventarlo..."

"En términos comunes, podría decirse que alcance la mitad de mi expectativa de vida. Sin embargo, pocos saben que en realidad he vivido mucho más de lo que ese lapso de tiempo podría abarcar.Finalmente han decidido juzgarme por mis actos.Ya todo me resulta vano, he sido condenado a muerte. Pero lo único que no habrá en mi tumba será arrepentimiento…"

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