- Te comprendo - dijo sir Uryens -. Si se te ocurre un modo de poner a prueba mi lealtad, estoy dispuesto.
- Despide a tu hijo - dijo Arturo.
Ewain aceptó el destierro.
- Solo hay un modo de dar fe de mí mismo - declaró. Saldré a la aventura y dejaré que mis actos hablen por mí. Las palabras pueden ser traicioneras, pero los actos son irrecusables.
Su primo y amigo, sir Gawain, no era tan paciente.
- Quien te destierra a ti me destierra a mí - dijo -. Iré contigo. Esto es una injusticia.
Y Arturo, al ver que dos buenos y jóvenes caballeros se preparaban para una prolongada travesía, dijo cavilosamente:
- Cuando tenía a Merlin, no sospechaba de nadie. Él todo lo sabía y me salvaba de la incertidumbre. Ojala volviese a tenerlo conmigo. - Luego recordó las profecías de Merlin respecto a Ginebra y dudó de su interés en conocer el futuro. - Con el conocimiento no hay esperanzas - dijo -. Sin esperanzas permanecería inmóvil, herrumbrándome como una armadura en desuso."
- Cuando tenía a Merlin, no sospechaba de nadie. Él todo lo sabía y me salvaba de la incertidumbre. Ojala volviese a tenerlo conmigo. - Luego recordó las profecías de Merlin respecto a Ginebra y dudó de su interés en conocer el futuro. - Con el conocimiento no hay esperanzas - dijo -. Sin esperanzas permanecería inmóvil, herrumbrándome como una armadura en desuso."
Fragmento de "Los hechos del rey Arturo y sus nobles caballeros",
versión de John Steinbeck.
HOLA FIODOR
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