miércoles, 7 de mayo de 2014

Fragmento irrelevante y viejo nº 431

Los naufragos habían perdido toda esperanza, y pasaban los días tirados sobre la hierba, entregándose a los delírios de la fiebre y el alcohol. Hacía frío por las noches, y su locura aun no los había privado de la capacidad de disfrutar de un buen fuego. Esa noche, uno de ellos habló de lo siguiente:

"Adorar al dios de la Música con palabras no tendría sentido, sería una blasfemia, como predicar a los gritos las plegarias al dios del Silencio. El método correcto carece de pasos estructurados, pero está ahí. Se distingue claramente, pero no a primera vista, como las nubes de tormenta por la noche.
Aprender el poder de las palabras sutiles, y la sutileza de las palabras poderosas, y todos sus vice-versas posibles con un mínimo cambio en cada variable, hasta dar un círculo de círculos completos, más allá del dolor, más allá de los símbolos, más allá de los sistemas. La recompensa a cualquier cruzada, con el tiempo, termina siendo el infierno. Que a su vez es sólo el comienzo del viaje.
Y la dicha enceguecedora de saber lo que sigue; reconstruir la Torre de Babel desde las profundidades, esta vez realmente indestructible. Y trepar sus paredes de enredaderas hasta evocarla, a ella, sonriendo bajo la lluvia, y las gotas deslizándose por su cara."

Esto se repitió durante varios días. Al quedar absolutamente despojados de cualquier indicio de razón, se les presentó un sueño. No regresaron.


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